En Agosto del 2009, Bianka y Eduardo celebraron los quince años de Biankita en Panamá. Al leer esta historia muchos recordarán esta linda celebración que se convirtió en una verdadera reunión familiar. Cada uno de nosotros puede relatar esta historia de la forma en que la percibimos.
Esta es mi historia. Después de una larga semana de intenso trabajo en el hospital, finalmente llegó el día de viajar a Panamá. Un largo viaje desde Atlanta para celebrar a Biankita en sus quince años. Mientras Eduardo, Bianka y Sonia estaban a cargo de todos los preparativos, yo como simple invitada tuve mucho tiempo para compartir con Mami, Papi, Sonia, Nena y Oswaldo y su familia.
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Sonia, Mami, Papi y yo en el Causeway |
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Sonia, Breatriz, Papi, Zully, Mami 7 Oswaldo en Beirut |
Sonia me había dicho “duerme en el avión, porque acá no vamos a parar.” Dicho y hecho. Lo primero que hicimos fue ir a cenar al famoso “TGI Friday’s” en Marbella con Sonia, Carlitos, Nena, Rogelio & Aarón. Esta fue la primera vez que comí sushi hecho con plátano maduro…diferente, pero delicioso. De allí a jugar bolos hasta que no pudimos más. Al día siguiente nos reunimos con mi mamá y mi papá en la casa de Oswaldo y de allí al Causeway. ¡Cómo había extrañado al Causeway! Aunque no se parece mucho a lo que recuerdo en mis días de “college” en los 80´s todavía me trajo muchos recuerdos. Particularmente la playita de Naos donde uno nunca sabía si el aceite en la piel se debía al “Coppertone Oil Tanning” o al diesel de los barcos que pasaban por el canal. En la noche Oswaldo nos llevó a uno de mis restaurantes preferidos en Panamá: Beirut. Allí la pasamos muy bien especialmente cuando la belly-dancer se acercó a mi papá y él trataba de hacerse el distraído.
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Alberto, Zully, Loyra, Edwin, Jenny & Irving |
Llegó el día del evento. Mi mamá, Sonia y yo fuimos al salón de belleza a arreglarnos el cabello y todo lo que se requiere para un evento como este. La familia se reunió en la iglesia del Carmen para la ceremonia religiosa donde el Padre le dio la bendición a Biankita y a toda la familia. Cuando llegamos al Hotel Intercontinental vi por primera vez a Bianka, a Zeddy que tenía tanto tiempo sin verla y al igual que a Loyra y Omar (gracias Omar por enviar a Nadya y a Alex a buscarme al aeropuerto). Los invitados empezaron a llegar y fue un desfile de tíos y primos que no había visto en décadas. El mejor momento fue cuando César, Loyra, Edwin, Alberto, Irving y yo nos reunimos para recordar viejos tiempos (aunque extrañamos a Olguita). Yo iba de mesas en mesa saludando y hablando con todos recordando juntos muchos tiempos lindos. La sensación de tener a tanta familia querida junta fue surrealista. Lo más fascinante es que la familia que ya era grande es mucho más grande ahora que hemos añadido a nuestras parejas e hijos. Ver a varias generaciones de primos juntos fue algo muy especial.
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Biankita y su papá Eduardo |
El momento tan esperado llegó cuando Biankita quien parecía una princesita salida de un cuento de hadas entró acompañada de su padre, precedida por sus primas, primos y su hermana Carolina quien parecía una muñeca también. Bianka hizo el brindis el cual fue entusiástico y jovial. La presentación fue divina, la comida espléndida y la compañía sin comparación. Cada detalle de la velada fue muy especial.
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Zully, Bianka y William en el avión a Miami |
La celebración continuó el próximo día en la casa de Oswaldo (en Clayton muy cerca de donde vivían tía Yolanda y tío Eddie cuando estaban en Panamá). Otro día de chistes, historias y más comida hasta que llegó el momento donde tuvimos que decir adiós. Unos salieron para Chitré, otros para Minnesota, y yo para Atlanta. Al día siguiente en el aeropuerto y para sorpresa nuestra Bianka, su familia y yo estábamos abordando el mismo avión rumbo a Miami. Allí tuvimos más tiempo de seguir hablando y compartiendo. Momentos planeados y otros no planeados hicieron este viaje muy memorable para mí y para muchos de ustedes. Espero que ocasiones como estas se repitan pronto. Quizás la próxima reunión sea con nuestros primos maternos como Isabel había comentado una vez. De cualquier forma, gracias Bianka y Eduardo por ejecutar el sueño de Biankita que a su vez se convirtió en el “venue” o lugar de reencuentro familiar. Las fotos hablan más que las palabras...
Besos,
Zully
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Sonia, Beatriz y yo |
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Papi y yo |
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Con Mami & Oswaldo |
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La Quiceañera y sus damas
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Que bien que la pasamos esa noche; pero me hubiera gustado poder sentarme y hablar con muchos de los familiares que tenia tanto tiempo de no ver, y es que siendo la mama de la quinceanera era casi imposible. Hubiera querido conversar sobre todo con mi tia Maria que tantos dias de vacaciones pase en su casa y que era como mi amiga durante esos dias. Todavia recuerdo tantas historias que me solia contar y hasta las canciones espanolas que tanto me gustaban y que ella me enseno, todavia hoy las puedo cantar. Cuanta alegria me dio verla que hasta los ojos se me humedecieron; solo pude darle un abrazo y cruzar algunas palabras porque me llamaban aqui y alla hasta que todos se fueron despidiendo. SIN SABER NINGUNO DE NOSOTROS que Eduardo a ultima hora hablo con la gente del hotel para extender la fiesta por unas cuantas horas mas. Aunque ya no habia casi nadie sino solo algunos de los familiares cercanos. Si que nos divertimos, bailamos, nos reimos y la pasamos super! Ahi fue donde en verdad me comence a relajar.
ResponderEliminarTe acuerdas NENA que quedo el cake casi completo, eran tres pisos de tres tipos diferentes de cake, y cuando ya nos ibamos en el pasillo, como no habia con que cortar, me acuerdo que agarraste el de manjar blanco y le metiste tremendo corte con la espada que estaba de adorno afuera sobre la consola... jajaja... te acuerdas? Que gracia que me hace cuando lo recuerdo.
Nadie sabe esto pero como todavia estabamos ocupados con los preparativos de la fiesta (cosa que no fue facil de hacer desde Minnesota y que gracias a Dios Sonia nos ayudo en todo) ni Biankita, ni Carolina, ni yo teniamos una cita en ningun salon de belleza para que nos arreglaran. Como a las 6:00 pm habia que estar en la iglesia, asi que a las tres de la tarde me fui al salon de belleza del mismo hotel donde nos hospedamos y en donde se celebro la fiesta para que nos arreglaran, y resulta que nada mas habia una persona para atender a las tres, y todavia teniamos que esperarnos a que terminara con otra cliente.
Mientras le arreglaban el pelo a una ahi mismo yo comence a maquillarme,y mientras estaban con Carolina, yo comence a maquillar a Biankita. El tiempo se iba volando y mientras trataba de hacer lo que mejor podia con Biankita, lagrimas comenzaron a rodar por sus mejillas echandome a perder el trabajo que estaba haciendo, y adivinen por que??? Porque no confiaba en mi maquillaje! Ahora me da risa, pero en ese momento no me hizo ninguna gracia.
Gracias a Dios todo salio bien a pesar de estar tan cortas de tiempo.
La proxima vez que haya un evento familiar quisiera ser yo quien este entonces de piernas cruzadas disfrutando el panorama :)
Gracias Bianka por agregar tu poquito de arena a la historia...sobre todo desde tu punto de vista. Que bueno que al final de una forma u otra TODOS nos divertimos un montón. Gracias otra vez por facilitar este reencuentro.
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